Intente olvidar por un momento todo el bagaje cultural que lleva esta imagen.
¿Difícil verdad? Para nosotros es casi imposible. Quizá con el tiempo y haciendo un ejercicio de libertad, podríamos.
Lleva aparejada tanto simbolismo esculpido en nuestro interior que no nos podemos desembarazar de la carga emocional que arrastra. Demasiado peso, demasiados años. Tiene un propósito claro.
Como representación del sufrimiento es espectacular. Tanto, que daña nuestra alma tan solo intuirlo. Una tortura visual que se expande a través de cada nervio hasta la última célula de tu cuerpo. Eso es el efecto que se busca. Desnudar el alma, dejarla inerme, bajar las defensas.
No quieres verlo, pero te sientes atraído. Hoy en día sigue existiendo, está en cada esquina, cada rincón de este planeta. Hacemos oídos sordos. cerramos los ojos para que esa ira no nos sacuda las entrañas.
Los comerciantes del dolor la usan sin pudor. Solo espero que algún día se den cuenta del gran error que supone. Usar cierto tipo de lenguaje menoscaba la humanidad, legítima ciertos comportamientos que conducen a un calvario gratuito e inútil.
Ⓒ Ricardo de la Casa Pérez – Agosto 2023