Amnistía

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Es un insulto que me tomen por idiota todos los días. Me sonroja pensar que compartimos genes con esas personas. Siento una profunda vergüenza y me entran arcadas al escuchar las barbaridades que vomitan como si fueran las tablas de la ley esculpidas en granito, marmol o titánio.

Seguimos viviendo en un triste reino donde ponen alas a lo torpe y palos a la inteligencia. Solo así se entiende las barbaridades que algunas voces sueltan con absurda inconsciencia y alevosía.

¿Les suena aquello de que la Familia estaba en peligro? ¿Qué el mundo iba a desaparecer? ¿Qué las siete plagas regresarían? Llego el divorcio y no paso nada, bueno sí, hubo mucha más gente feliz por lograr separarse y hacer desaparecer a la gente tóxica de sus vidas. Llego el matrimonio gay, las adopciones y lo mismo. Solo hay más gente satisfecha y feliz. El mundo continua adelante, porque nada de eso afecta a la vida real de las personas.

Nos hemos dotado de reglas, leyes, cartas magnas y otros inventos humanos para hacer la convivencia más fácil y no al contrario. Algunos se empeñan en usar todo ese compendio para crear muros donde solo su mísera visión es permitida. Periódicamente sufrimos de accesos de ese tipo. Esa visión restringida y miope ha causado un daño irreparable incontables veces y parece que estamos condenados a repetir esos errores una y otra vez porque nuestra memoria (y nuestras vidas) son cortas.

Volvemos a tropezar con la misma piedra.

Es terrible tener que levantarse y gritar una y otra vez. Y otra. Y otra vez más. Tener que defender las conquistas sociales que me permiten tener una vida más plena, más libre, más feliz.

De nuevo llegan los jinetes de la apocalipsis, de nuevo el mundo va a entrar en una debacle. Anuncian que el país va a sufrir toda suerte de calamidades, será arrasado y no quedará nada más que tierra yerma y estéril si se consuma la amnistía. Su idea de nación olvida (a propósito o por ignorancia) la historia de como se ha llegado hasta aquí. Se olvida la sangre derramada y la infelicidad causada a manos llenas durante siglos para alcanzar esa idea atroz y deleznable que tienen de su nación.

Es muy cansado su anuncio del total cataclismo y que finalmente eso nunca llegue. Enfada que nos tomen por tontos incapaces de sacar conclusiones, que asuman que somos unos ignorantes, que no conocemos la historia.

Se ha llegado hasta aquí a base de conquistas, guerras, cambalaches, intereses espurios y sobre todo mucha, mucha, muchísima ambición. El reguero de muertos, de devastación causada y angustia es tan enorme que es imposible narrarlo.

Las palabras usadas, son tan típicas y tan pobres que causarían risa si no fuera porque algunas almas cándidas se las creen a pies juntillas. Sin analizar, sin reflexionar. Y son explotadas como carne de cañón de sus ideas. La dirección de sus discursos lleva a enfrentarnos porque eso es lo que pretenden. Crear dos bandos donde tengas que elegir. Esa es la gran trampa. La pobreza de sus argumentos ensalzando ese populismo retrogrado solo proporciona amargura. Es, en definitiva, una idea tóxica. Puro veneno que mata.

Así que, de nuevo, solo queda el camino de denunciar alto y claro sus tropelías. De nuevo es necesario denunciar sus maniobras para manipular la opinión de la gente. De nuevo es necesario levantarse y defender las conquistas conseguidas tras tantas miserias, muertes y dolor.

Ellos solo tienen ese olor a rancio, a naftalina y mucho dinero para engrasar la máquina de sus intereses. Solo tienen la visión de un lugar uniforme donde no caben discrepancia ni otras ideas, ni otras formas de conformar un estado. Ellos solo quieren un tono gris aburrido y amargo tirando a negro opaco donde ocultar sus intereses obscenos.

Se olvidan del color, de la riqueza de lo diferente. Las miles de texturas y de olores que conforman la humanidad. Se olvidan del pensamiento abstracto que nos permiten viajar por las estrellas sin movernos de casa. Se olvidan de que tras el ruido de las olas del mar existe un mundo maravilloso y sobre todo se olvidan que una vez, quizá cuando nacieron y fueron niños, ellos también se maravillaron y se quedaron con la boca abierta contemplando este mundo.

Ⓒ Ricardo de la Casa Pérez – Septiembre 2023

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